En el edificio Pintor Laureano Carmona, donde antiguamente estaba el Bar Jardín (frente a la cooperativa de aceite), en la glorieta de la Avenida Carlos III con la Avenida del Campo de Fútbol, emergieron las llamas del brasero que prendieron el refajo de la mesa de la salita de uno de los pisos, poniendo en peligro las vidas de sus habitantes y vecinos del bloque.
Afortunadamente no hubo víctimas mortales.
La mayoría de sus ocupantes pudieron salir de sus casas por su propio pie. Un hombre con quemaduras de primero y segundo grado fue trasladado y atendido al hospital Reina Sofía. Mientras, otros fueron socorridos por un camión de materiales de construcción y el servicio de bomberos de Córdoba y Palma de Río, sacándolos por las ventanas de sus viviendas, como fue el caso de un joven matrimonio y su bebé.
Se cree que el incendio fue provocado por el perro de los propietarios.
En contra, y por el motivo que no es la primera vez que ocurre y el suceso ha quedado en un simple susto para los que han vivido esta desagradable experiencia, criticar a quien sea el responsable -para que no vuelva ocurrir- sobre el mal funcionamiento de la bomba del agua, de la que no se pudo hacer uso para el óptimo salvamiento de los vecinos de este bloque de pisos y paliar los desperfectos sufridos por la vivienda.
