Cuando los municipales ponen la directa...

Por todos es bien sabido la grandiosidad, eficiencia, esfuerzo, dedicación y pundonor que dedica el Cuerpo de la Policía Municipal de La Carlota (¡¡vamos los municipales!!) en salvaguardar la paz y el orden en el municipio. Y quién no lo sepa, es que no es de La Carlota.
(Sino que se lo pregunten a Frasqui).

Antes de continuar, y tratando el tema que voy a relatar, advierto que debe ser tomado a broma, porque sinceramente, es la única forma que veo de contar este artículo. Para desgracia de todos nosotros. Visto el percal en el que vivimos y en el que supuestamente el Ayuntamietno de La Carlota y nosotros mismos hemos puesto nuestra seguridad, y porque no, nuestras propias vidas.
No con ello, quiero decir que sea mentira, falso o uno de esos rumores que siempre se escuchan por ahí. Lo vi con mis propios ojos. Simplemente, porque es para tomárselo a guasa.
Y porque otra no nos queda. Lamentablemente.

Anoche, cerca de las 24:00 del Martes 19 de Junio del 2006, presencié algo insólito. Estaba en el boulevard -sin cámara de fotos- y vi el coche de los municipales subiendo a velocidad por la Avenida Carlos III en dirección Sevilla. Tomaron la glorieta de Bombolandia y giraron a la izquierda, entrando en la calle que hace esquina con La Caixa y lleva al Paseo Tierno Galván.
De modo, que aquello me llamó la atención. Era algo nunca visto. Algo único. Salí en dirección hacía donde se habían dirigido, cuando los descubrí enfrente del Colegio (Las Escuelas) con las luces y la sirena apagadas. La pareja de policía bajada del coche. Y allí no pasaba nada...
La calle estaba oscura.
Habían quemado un contenedor de basura. No había llamas ni había nada. Sólo humo.

¿Pero para eso tanta prisa?.
De acuerdo, en que originariamente sea un peligro y sea su trabajo (también para los bomberos, ¿qué para cuándo van a crear la estación de bomberos?); pero no menos cuando se quedaron esperando en el interior de su vehículo, viendo como unos ladrones salían de una tienda con el trabajo hecho. O no menos cuando ha habido alguna pelea en una discoteca o pub y han tardado dos horas en aparecer o se han quedado en la calle sin intervenir hasta que hubiera terminado la pelea. O no menos, cuando han recibido la llamada de alerta por parte de algún ciudadano de La Carlota o de alguna aldea, y no han aparecido hasta el día siguiente.
Es más... esa concienzuda disposición por aplicar la ley -en su caso, en poner multas de tráfico- en ciertos puntos concretos de la localidad, y en cambio, nombremos y pongámosle Ayuntamiento de La Carlota no actuán a la hora de solucionar el caos, que se produce en esa zona a la hora de poner multas de tráfico por los vehículos mal aparcados ahí.
Pero eso será un tema que trate más detenidamente en otro post.

¿Por qué no hacen su trabajo?, si se metieron a policía sea municipal o civil deben afrontar una responsabilidad, que es cuidar a los ciudadanos y hacer respetar la ley a todos por igual. Es como si fueras cirujano, estás delante de tu paciente con el bisturí en mano, y te quedas ahí parado, viendo el cuerpo abierto en canal y esperando a que se muera. ¿Quién asigna los cargos o puestos de trabajo?, ¿por qué no se toman medidas?... o volvemos a lo de antes... ¿por qué no hacen su trabajo como Dios manda?.

Celebración del Final de Liga.

Ayer volvió a suceder el Real Madrid repitió lo imposible. Otra remontada, convirtiéndola en una costumbre agónica, desquiciante y desbordante. Pero anoche, rozó el extásis. Más bien, el extásis se queda corto.

El Mallorca en el minuto 16 se pusó delante en el marcador. El Barça arrollando al Nástic. Y el Real Madrid, llevando al límite sus posibilidades y las afecciones cardíacas de su afición, marcó en los últimos 20 minutos los tres goles, que le dieron la victoria y el campeonato de liga.

Algo que hemos visto en estos días, y que seguramente durará toda la semana. Si antes no echan a Capello, si Reyes (el salvador como Tamudo) anuncia que se va del Madrid o le hacen un homenaje a Beckham todas sus amistades hollywoodienses.

¡Vete a saber!.

Ante todo, el Real Madrid campeón de Liga, Temporada 2006-2007.

La cuestión es que La Carlota y los carloteños aficionados del Real Madrid no fueron menos y se fueron a celebrarlo a la fuente del boulevard. Coches que subían y bajaban la Avenida de Carlos III, reventando las bocinas. Locura, pasión y alegría apabullantes. Banderas ondeadon la oscura noche, camisetas blancas abriendo la luz a su destino, gente bañándose y salpicando a los que tenía a su alrededor. Gritos, saltos, vítores hacía el rival y hacia su equipo. Paseillo y capotazos a los coches que pasaban y saludaban. Curiosos a su propia vergüenza como perdedores (culés). Y los béticos que celebraban la salvación se unieron a la fiesta.

Sin lugar a dudas, y como opinión personal, nunca olvidaré esta Liga 2006-2007. Por ser apasionante y tan sufrida, que jamás pensé que fuera a gustarme tanto el fútbol.

¡Enhorabuena Real Madrid y Real Betis Balompié!.

(Pido disculpas por la mala calidad de las fotografía, ya se sabe que la combinación cámara digital y oscuridad no es buena. Si a alguien le molesta salir en alguna de las fotografías, que lo comunique, que las quitaré).

¿Arte o vandalismo?

Éste es uno de esos artículos que rezuma a tópico; ya puedes no haber leído nunca sobre ello, pero sabes que siempre ha estado ahí. Esa dualidad crítica y periodística -a la que no aspiro ni ocupo- que enmarca la sociedad actual, de lo que está bien o está mal.

En los últimos meses, La Carlota ha amanecido con un creciente número de pintadas, que algunos definirán gamberrismo, vandalismo, suciedad, porquería y otras cosas peores, y unos pocos le dirán arte.

Como en la actualidad el término arte es bastante ambiguo y se abarca a distintos campos. Tal vez por su escasez o por los motivos que sean. Muchos de estos graffities, y en otros casos pintadas, expresan rebeldía, inconformismo o simplemente emociones decoran las paredes de nuestra localidad y ya puestos nuestras vidas de emoción y pasión. Impacto visual.

No obstante, en esos ejemplos comentados anteriormente, se rebasa el límite de lo correcto. La línea que separa el arte del vandalismo. De la tolerancia artística por el desenfreno incontrolado. Sabiendo y conociendo el objeto de tales pintadas, ya sea por el propio autor o por distintos estamentos que deberían poner solución o iniciar algún tipo de iniciativa al respecto, ante todo, hay que diferenciar donde se puede pintar y dónde no, conseguir un permiso o una licencia para ello, el beneplácito de la ciudadanía o el responsable para tal objeto.

Un claro ejemplo es la ¿pintada o pintura?, que cada uno opine lo que le parezca, en el Molino Rey.