El municipio de La Carlota se ha convertido en un pequeño elefante que lentamente agoniza, dirigiéndose a su cementerio, y sin que parezca que le vayan a dar respuestas, y mucho menos una solución.
Un gran número de viviendas tiene el cartel de 'Se vende' colgado, las inmobiliarias y promotoras no dan salida a sus nuevas construcciones, que en sus previsiones si las tenían dadas. Obras paralizadas, grúas anidando telarañas en los cielos y extensos terrenos esperando a que la constructora ciña su plan de construcción a las indicaciones del panel, que hay clavado en el solar. Esta situación anquilosada al desastre absoluto, a un pueblo muerto, ha arrastrado a trabajadores a las colas del paro y familias con neveras menos llenas.
Uno por uno, los obreros (albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros, escayolistas, pintores...) se ven afectados por la crisis de la construcción carloteña. Cuando el sustento económico de un pueblo como La Carlota y sus departamentos se basaba en la construcción, envuelve a los otros sectores (medianas y pequeñas empresas, comercios, hostelería y restauración...) y entra en el hogar familiar, como un aplastante rodillo hacia la pobreza, que según las previsiones del Ministerio de Economía y Hacienda y el propio Gobierno de Zapatero acabará el 2010.
Los efectos de la crisis de la construcción se van haciendo más patentes y visibles en la superficie de La Carlota, siendo la comidilla general la marcha y/o regreso de los inmigrantes a otras provincias o a su país natal, el cierre de algunas promotoras e inmobiliarias, la falta de actuación en diversos campos del Ayuntamiento de La Carlota (la promotora municipal no tiene la participación ni desarrollo de años anteriores) y el crecimiento del desempleo. Muchos de esos trabajadores siguen buscándose la vida en otros sectores completamente opuestos a la construcción, si es que hay otros trabajos, que tampoco hay una gran oferta o sino se agarran a un clavo ardiendo, ceden a las presiones económicas (sueldos irrisorios y pésimas condiciones) de empresas que se aprovechan de sus necesidades y penurias, marchándose a otros lugares y dejando atrás sus orígenes.