Crisis, desempleo, subida de impuestos, privatización de empresas públicas, prohibición de los derechos y de las libertades, familias al límite y el sumo caos. Así podría resumirse el año que dejamos atrás, el año 2010, sino fuera por el Mundial de Suráfrica en La Carlota. Sí, es fútbol; pero la osadía, la valentía, el coraje, la motivación y las ganas pueden extrapolarse a la vida diaria. A levantarse, a plantarle cara a la suerte, al destino y a quien haga falta con nuestras propias manos para que el nuevo año, el año 2011, sea un poquito mejor que el anterior. A unas malas, que conservemos la salud y no nos atrangantemos con las uvas.
Lo prometido es deuda.