Cada año que comienza es el de los nuevos propósitos para el futuro y la subida de impuestos por el Estado. Dejar aquello o quitarse de aquello otro, llegar al peso ideal o conseguir cierta meta; en definitiva, de un modo u otro, estar bien con uno mismo contra la inflación por la subida de los precios del tabaco (21’4%), los carburantes (16’1%), el alquiler y la factura de la luz (11%).
Estos ingredientes convierten a la provincia de Córdoba en la quinta del país con mayor aumento del IPC con un 3’5%; donde suben los ya mencionados y también los artículos de uso personal (8’4%), electrodomésticos y reparaciones (6’6%), y bajan servicios hospitalarios (-5’2%), equipos audiovisuales e informáticos (-4’6%), viajes organizados (-4’6%), medicamentos (-2’7%) y bebidas no alcohólicas (-1’2%). Factores que agravan la situación de los 77.000 parados en la provincia y los 95.000 pensionistas y funcionarios que han visto congeladas sus nóminas.
Y como resultado obrar el milagro en el municipio carloteño: inscribirse en talleres de empleo, esperar que suene la flauta con la llegada de alguna empresa importante, poner tiritas para mantener las empresas locales, promocionar ofertas atractivas a la clientela o ahorrar comprando lo justo y necesario.
Y como resultado obrar el milagro en el municipio carloteño: inscribirse en talleres de empleo, esperar que suene la flauta con la llegada de alguna empresa importante, poner tiritas para mantener las empresas locales, promocionar ofertas atractivas a la clientela o ahorrar comprando lo justo y necesario.
