Cierre Blog La Carlota.

Cierre Blog de La Carlota - 11 de Junio del 2011. Los comentarios publicados durante todos estos años pueden verse pinchando en cada uno de los posts. Hasta siempre, carloteñas y carloteños.

jueves, 28 de abril de 2011

Las señoras de las naranjas.

Por María.

En las plazas de más solera de nuestro querido pueblo carloteño, como la canción de Los Delinquentes ‘…sentimiento garrapatero…', nosotros carloteños. Habitan esas mujeres entradas en años que viven plácidamente de su jubilación y horas muertas. Su modus operandi consiste en salir de casa tras haber echado al marido con la escoba ‘vete que estoy barriendo’, saludan a la Pepi, compran en la Loli, hablan con la panadera, se toman el cafelito con las amigas y hacen el último recado en los Martínez.


Tras dejar la comida servida al regimiento familiar, que ni hace ni deshace, como dicen ellos para no molestar en casa. Es cuando, amas y señoras de lo suyo o como lo llaman para sus adentros de afuera, salen arreglar y cuidar sus árboles que tengan delante de su puerta, que propiamente dicho, no son suyos, sino que el Ayuntamiento ha plantado para dar colorido a las plazas de cemento. Es decir, que son de todos porque hemos pagado nuestros impuestos, pero tampoco son nuestros. No nos repartimos las ramas en ferias y congresos. Una pa’ ti, otra pa’ mí. Para que nos entendamos, que es como Hacienda, que ni todos somos todos, ni uno somos todos.
En cambio, para las reinas el sentido de la propiedad es superlativo. Recuerdo mi infancia que a más de un amigo le cayó un broncazo por darle un balonazo a su árbol, que si lo habíamos partido, que si habían caído unas hojas y que iba a llamar a los municipales. Fueras a tocárselo cuando ella no estuviera por guarrear el ambiente, que de momento salía por la puerta, porque había estado vigilando desde la ventana.

Los buenos servicios comunitarios, ¿freelance o subcontratas encubiertas?, que prestan desinteresadamente al municipio en la jardinería podrían servir para ahorrar dinero al Ayuntamiento de La Carlota que mantiene a una plantilla amplia de jardineros para tan poco verde.