En cuestión de tráfico en La Carlota hay un aspecto que destaca sobremanera como son las glorietas y la conducta cívica de las personas sobre ellas. Centrándonos primeramente en las de la Avenida Carlos III, que son un foco de "peligrosidad o temeridad", según el punto de vista de cada uno, porque algunas de ellas no tienen pintado el paso de cebra y resulta contradictorio el propio uso de las glorias y poniendo en riesgo la vida de los peatones.
Obviaremos el civismo de los viandantes por la simple razón, que todos sabemos las normas de tráfico correspondientes a las glorietas: la prioridad de paso corresponde a los vehículos que circulan por el interior de la rotonda; dentro de la rotonda, los cambios de carril se efectúan respetando la prioridad del vehículo que circula por un carril frente a los vehículos que pretendan ocuparlo; y para salir de la rotonda, como norma general es necesario hacerlo desde el carril de la derecha y en todo caso debe señalizarse con el intermitente derecho. Confiaremos y haremos acto de buena fe. A veces resulta, a pesar que parece una tendencia ir conduciendo por dentro de alguna glorieta en La Carlota y que se te cuele alguien, saludándote/disculpándose.
Si a esto añadimos, que también se utilizan para estacionar, nos encontramos en un problema tras otro.
Hay dos glorietas concretamente y puntualmente, que están por encima del resto, y son las glorietas de una punta y otra de La Carlota. Sino recuerdo mal a glorieta en dirección a Córdoba llevará unos 10 meses y en mi opinión es un error y un gran riesgo, y más viendo lo que ocurrió en su momento en la glorieta en dirección a Sevilla, cuando se estrelló un conductor contra ella, teniendo en cuenta, que hay una mayor afluencia en la primera glorieta por los coches que vienen de las aldeas, de los pueblos de la Vega del Guadalquivir, de Córdoba y de la propia Carlota contra los que vienen de la autovía de Sevilla. Tal vez no dependa de si de haber glorieta o no, sino del factor humano.