El macropolígono industrial iba a ser un potente incentivo del desarrollo y la economía local, apoyado en las vías de comunicación como la A-4, concentrado en empresas instauradas como Nervados y el Grupo Amaco, y permitan instaurar sectores en funcionamiento y organizar las áreas para nuevas empresas como Capuchinos, que estaba interesada.
Contaba con una superficie de 2'33 millones de metros cuadrados de un global de 2'77 millones de metros cuadrados aprobados con el beneplácito de los partidos políticos, repartidos entre los polígonos industriales de Las Lagunillas, Gallardo, Aldea Quintana, Serafín, El Arrecife y el Parque Cooperativo para su expansión.
A día de hoy, se desconoce su destino. Si irá a un paso más lento o si se tomará de nuevo contacto con el proyecto al finalizar la crisis económica.
A la vez, esto duplicaba el número de viviendas de nueva construcción hasta alcanzar la friolera cifra de más de 1.800 casas a largo plazo. La mitad se asentaba en el Cerro de La Almona, donde se establecieron Las Viñas. La otra parte, de la cual la promotora municipal posee un 65% del suelo urbano, está en las urbanizaciones de La Chica Carlota y Las Dueñas, y en ciertos puntos de La Paz, El Rinconcillo y Monte Alto.