Estás en tu casa tranquilamente. Adormilado. Más en el mundo de los sueños, que en el propio, con los pies firmes en la tierra. Entonces, una voz hueca, estridente que proviene de la calle rompe la calma del hogar. ¿Es el vendedor de las frutas o de las ropas?.¿El afilador?. ¿Es el tapicero?. No, no es ninguno es de ellos. Es el altavoz del vehículo de la campaña política. One more time. Metiendo tralla.
La cabeza está saturada de elecciones, de acampadas y de la madre que los parió. Las elecciones municipales en La Carlota como en el resto del país son el 22-M. Sólo es un día, no años enteros.
Acaban de fastidiarte. Tienes que rebobinar, tirar para atrás, porque por su culpa no te enteras de lo que la ha dicho Simon a Kelly en ‘Misfits’. ‘House, M.D.’ te da un poco igual hasta que a Greg se le enciende la chispa holmesiana. Riéndote con Sue Sylvester o te distraes intentando seguir los pasos de los números musicales de ‘Glee’; ya te arrancas la piel si no te enteras de las gracias ‘The Big Bang Theory’, el momento nugget en ‘The Wire’, las charlas con la psicóloga de Tony Soprano, no saboreas las batallas ‘The Pacific’ o estás embobado con ‘Juego de tronos’... te cortan el rollo. Suerte, que ‘Perdidos’ y ’24’ terminaron hace meses. No quiero ni imaginarme que hubiera pasado si en el capítulo final pasa un coche de un partido político de La Carlota.
