Cuando he ido al ambulatorio de La Carlota, me he parado a pensar en mi colegio de Las Pinedas, al ver a unos chavales en el parque a eso de las diez de la mañana. De la cantidad de personas de mi generación que se arrepienten de no haber terminado sus estudios y tirar por la borda un futuro prometedor. Sin embargo, mi preocupación va más allá de la parental.
Por lo que representa el Colegio Rural Ana de Charpentier para la gente de las aldeas, quizás la gente de La Carlota no pueda hacerse una idea, porque tienen el Carlos III y dentro de un tiempo habrá un nuevo colegio; ya que si nos quitan a los niños de las aldeas de La Paz, La Chica Carlota, Las Pinedas, El Rinconcillo El Garabato, La Fuencubierta y Los Algarbes, qué nos queda. Si ya somos pocos, menos seremos por las mañanas.
Me parece psicosomático que la Consejería de Educación y el Ayuntamiento de La Carlota no se hayan puesto de acuerdo para reformar el colegio de Las Pinedas; por lo que no sería ninguna sorpresa que el Ana de Charpentier termine desapareciendo más pronto que tarde. Principalmente, porque se han puesto más esfuerzos en el colegio de El Arrecife, las aulas matinales de Monte Alto, el Carlos III y la creación del nuevo colegio para aglutinar y distribuir a todos los niños del Charpentier en esos cuatro centros.