Un ojo en la cabalgata y otro en el cielo. Por suerte, las previsiones no se cumplieron y pudimos disfrutar de la estupenda cabalgata de los Reyes de Oriente. Sonrisas, júbilo y caramelos fueron el reflejo cristalino de niñas, niños y sus padres. Alzando las manos, saltando y con paraguas para recoger y llenar bolsas enteras de chucherías y caries futuras.
Previamente, los Reyes Magos visitaron la residencia de mayores y recogieron las cartas de los más pequeños hasta salir de la calle Méjico, recorriendo las avenidas principales de la localidad y terminar en Batalla de Lepanto.
Esta mañana, si han podido dormir -la espera habrá sido muy larga- muchos estarán abriendo sus regalos o llevarán horas jugando con sus juguetes. O comiendo carbón.
Previamente, los Reyes Magos visitaron la residencia de mayores y recogieron las cartas de los más pequeños hasta salir de la calle Méjico, recorriendo las avenidas principales de la localidad y terminar en Batalla de Lepanto.
Esta mañana, si han podido dormir -la espera habrá sido muy larga- muchos estarán abriendo sus regalos o llevarán horas jugando con sus juguetes. O comiendo carbón.