Las calles Ramón y Cajal y su redonda, la Estación, 28 de Febrero, Blas Infante y Cristóbal Colón están deterioradas, con socavones y agrietadas, no modernizadas, y algunas de ellas tienen casas abandonadas y en muy mal estado. Tan diferenciada una zona de la otra y teniendo el punto fronterizo en la Plaza de la Iglesia, no siendo equitativos y marcando las desigualdades o es que acaso no pertenecen al conjunto histórico.
En el otro extremo, paralela a la Avenida de la Paz y Avenida Carlos III nos encontramos el Paseo del Profesor Tierno Galván y a su peor enemigo, el paso del tiempo. Dejada al curso de los acontecimientos y nadie ponga solución a todos los efectos. Se repiten las condiciones de otras vías con agujeros y rajas en el asfalto, tramos desnivelados, y le faltan trozos a los badenes de goma negra.
A esto se le agrava el parque central. La precariedad de los dispositivos y equipamiento de ocio infantil, donde se mantiene la canasta de baloncesto, una fuente que está pero no está, y la visión global de un rincón que ha vivido tiempos mejores.