3:45 de la madrugada, minuto arriba, minuto abajo, del lunes 8 de Junio.
El dueño e hijos de Casa Victor llegaban tan rápido como podían en su coche al establecimiento tras recibir una llamada de un vecino del barrio de Las Flores que los ponía sobre aviso. Cuando llegaron a su restaurante, se encontraron como un hombre serraba un barrote de un ventanal con una segueta. Éste al ser descubierto salió corriendo por la calle Batalla de Lepanto.
Los dueños de Casa Víctor se bajaron del vehículo para comprobar que habían hecho y descubrieron que por otra calle subía otra persona, llegando a la conclusión que había estado controlado por si llegaba alguien. Sin perder un instante más y ver que apenas habían doblado el barrote, se montaron de nuevo el coche y fueron a por el rumano que había intentado forzar la ventana. Le dieron alcance y se encararon con él. El dueño de Casa Víctor le pidió explicaciones y el hombre de nacionalidad rumana -llevaba un abrigo, temiéndose lo peor- le respondió "yo no sé nada", "yo no he hecho nada", y no cediendo un ápice le obligaron a que volviera donde lo habían encontrado; mientras uno de los hijos del propietario acababa de llamar a la Policía Local.
Su sorpresa fue máxima cuando volvieron para el restaurante, estaba la Policía Local esperándolos con el otro detenido, también de nacionalidad rumana.
A la mañana siguiente, fueron a los juzgados de Posadas y se enteraron que los dos detenidos habían sido puestos en libertad a la espera del juicio rápido.